Desde hace unos años nos rondaba la idea de hacer del Día de
Europa un acontecimiento especial que fuese más allá de leer o realizar
actividades al uso. Este año, por fin, aceptamos el reto y con mucho entusiasmo
y la aquiescencia por parte de la
dirección, nos enfrentamos a la tarea. Todo comenzó en Enero con el reparto de
cinco países a las clases de tercero y cuarto de la ESO. Hasta el momento
cumbre, los alumnos con ayudas del tutor y los profesores que se
responsabilizaron de coordinar la actividad, recogieron documentación, se
emplearon en realizar un vídeo sobre el país que les tocó y la
cartelería que adornaría la clase el día señalado. A medida que se acercaba la
fecha, el colegio era un hervidero de grupos trabajando por cualquier rincón.
Pintaron, modelaron, construyeron, pensaron y, sobre todo, disfrutaron. En los
días anteriores al evento, no dudaron en robar horas a su tiempo libre para que
todo estuviese a punto.
Y llegó el Día de Europa. Las clases de tercero y cuarto estaban
engalanadas. Alemania, Bélgica, Italia, Francia y Gran Bretaña. Había banderas
por todos sitios, posters de hombres y mujeres importantes, alumnos y alumnas
vestidos al uso y símbolos representativos de cada país. A primera hora de la
mañana comenzó el desfile inaugural. El abanderado enarbolaba la bandera de la
Unión Europea y, acompañado por los alumnos de segundo interpretando el Himno
Europeo, recorrió el pasillo dando inicio a la celebración. A continuación se
pasó a leer solemnemente los manifiestos en honor a la Unión. Una vez terminada
la lectura los alumnos se turnaron para visitar los distintos países y ver los
vídeos que habían elaborado sus compañeros. Fue un día intenso y maravilloso.
Cuando las fuerzas flaquearon, Italia acudió al rescate (vaya paradoja) del
resto de los países de la Unión. Sirvieron pizzas, macarrones y spaghetti y
amenizaron con música y baile.
Lo mejor de la actividad fue la implicación de los alumnos y sus
comentarios favorables a lo que se había hecho. La experiencia de sentirse parte
de un proyecto común y el sentimiento de orgullo por su trabajo fue lo más
significativo para ellos y por supuesto teñir el colegio de fiesta.
¿Lo peor?... que coincidió que era jueves y por la tarde había que
volver a clase. Para años posteriores se procurará celebrarlo el miércoles más
próximo al Día de Europa.
En resumen, experiencia enormemente emocionante, creativa y ...con
ganas de repetir.
En el siguiente enlace podéis ver el vídeoreportaje de cada país: Acceder a los vídeos